Hoy día que muchos disponemos en casa de esa macro discoteca llamada emule, uno llega a darse cuenta del poder que tenía antaño la radiofórmula y cómo internet está colocando a cada uno en su sitio por mucho que a algunos les pese. Un ejemplo lo tenemos con nuestros amigos de Gabinete Caligari. ¿Cómo pudieron triunfar estos tipos? La web de los 40 Principales dice “Tras unos inicios marcados por el after-punk y la onda siniestra… comenzaron a incorporar elementos de sabor ibérico: aires de pasodoble, temáticas taurinas e hispanas, lenguaje castizo, esencia cañí”. Traducción: tras dejarse influenciar por lo que molaba entonces e incapaces de introducir cualquier elemento novedoso comenzaron a incorporar elementos de garrulez y gañanería que tanto propios como extraños pensaban ya extinguidos.

Seamos sinceros. Las letras de Gabinete Caligari no buscaban adoctrinar ni denunciar. Eran textos dirigidos a hordas con aficiones tan intrépidas como los toros, el fútbol, el bingo y el calificativo de “rock torero” que le dieron algunos no fue sino una forma de intentar clasificar lo incatalogable. Gabinete no habrían pasado del primer disco en cualquier país europeo pero tuvieron la inmensa suerte de nacer aquí, cuna del despropósito y disparate musical. Un servidor ignora cuanto tiempo les llevaba poner la letra a cada tema pero siendo benévolo creo que con lo que se tarda en poner un semáforo en verde tenían suficiente margen como para hacerlo con cuatro discos. Y a un par de simples ejemplos me remito. Vamos allá.

Disco “Privado”. Canción “Profesional”. El tema habla de un gigoló y comienza con esta perla: “Una llamada, un dividendo. Y yo me pongo en movimiento”. A ver, señor Urrutia. Una cosa es una comisión y otra un dividendo. El dividendo es el reparto de beneficios de una empresa entre sus socios. Y a no ser que uno tenga acciones de esa empresa jamás podrá percibir un dividendo. Y sí, “dividendo” con “movimiento” rima pero para eso ya estaba Gloria Fuertes. Lo triste es que luego te encuentras gente que te dice “Yo solo escucho música en español para entender lo que dicen”. Sigamos. En el mismo disco y en la siguiente canción tenemos otra joyita. Pinchamos “Amor Prohibido” y escuchamos “Si algún día fuera juez decretaría una ley: el amor prohibido ha de ser perseguido sin piedad” ¿Cómorl? ¿Un juez decretando una ley?

Creo que estos dos ejemplos (en dos canciones que van una detrás de otra para más inri) demuestran hasta qué punto se curraban las letras y hacia qué público iban dirigidas. Basta con leer a Urrutia decir perlas como “yo no compongo canciones, las sueño”. ¿Las sueñas o salen en tus pesadillas?  Tampoco ayudaban ciertos “críticos” musicales como Jesús Rodríguez Lenin que llegó a escribir un libro sobre ellos poniendo lindezas como “decir Gabinete Caligari era decir glamour castizo inimitable, la música más popular y renovadora, letras inteligentes, con mensaje y mucha clase, eran los más toreros de la música pop del momento”. En fin,…