2017 no ha sido, en general, un buen año profesional para mí, aunque tampoco desastroso. Me ha permitido subirme al escenario en 195 ocasiones (casi todas, en el teatro Llantiol) y todo iba muy bien hasta que a final de año todos los teatros sufrimos un fuerte retroceso de público por culpa de la crisis política en Cataluña.

El año ha supuesto también llegar a 1.500 funciones en teatros de BCN, la puesta a punto del guión de “¡Zasca!” a medida que iba contándolo y también me ha permitido estrechar lazos con la productora Zoopa de cara a futuros proyectos que, espero, vean la luz durante los próximos meses.

Así pues, podría decir que ha sido un año de tanteo, de siembra a la espera de que empiece este 2018. Vamos a ver qué pasa 🙂
¡Feliz año y un abrazo a todos!