Aunque el espectáculo estuvo 10 meses en la cartelera del Teatreneu, el contarlo mañana por primera vez en el Llantiol me hace sentir un poco como si lo fuese a estrenar. Una sensación, por un lado, motivada porque durante este mes de forzoso parón he metido varios cambios en el texto y tengo ganas por comprobar qué tal funcionan. Y por el otro, motivada por la incertidumbre de saber qué tal será la respuesta de la gente en este horario de los domingos a la 18:30.