Pese a que el próximo día 10 tengo que ir a una revisión, el otro día recibí el informe de alta del hospital donde por fin pude enterarme de qué diablos me había pasado.

“Este paciente ingresa por presentar mientras hacía yoga un síncope con TCE (Traumatismo Craneoencefálico) posterior, por el el cual al ingresar en este centro se encontró cuadro de somnolencia que alternaba con fases de agitación psicomotriz, que precisaron mediación tranquilizante. La exploración neurológica descartaba focalidad motora. Un TAC cerebral de urgencias mostraba mínima HSA (Hemorragia SubAracnoidea) en zonas posteriores occipitales”.

Luego ya vienen otros estudios que me realizaron como uno angiográfico cerebral y otro EEG que dan todo normal aunque muestran una contusión frontal.

En definitiva, que mi vida no ha dado un vuelco radical pero sí que he notado varios cambios sensoriales. Por ejemplo, que sigo sin los sentidos del olfato y del gusto y  que al despertarme cada mañana lo hago con una considerable pesadez en la cabeza.

Tampoco puedo andar demasiado rápido (correr, ni de coña) aunque las agujetas con las que salí del hospital casi han desparecido. Aún así, os aseguro que uno agradece cada minuto que pasa fuera del hospital.

Profesionalmente, he salido con más ganas que antes de comerme el mundo, aunque también con bastante más paciencia. La actuación del 27 en Villamayor, donde considero que lo hice muy bien para estar convaleciente, me ha dado muchos ánimos.

Tantos, que no me he tomado ningún descanso y desde el día 28 he comenzado a trabajar en los monólogos que tenía pendientes sobre cine. Y sí, noto que me está costando mucho coger el ritmo y que los chistes no salen como antes (de hecho, apenas salen).

Supongo que entre otras cosas porque es mucho más sencillo chistear una película como Poltergeist que otra como Blade Runner. Pero como ya he dicho pienso ir despacio, sin presionarme y fiándome de mi intuición para los gags.

No me va a importar si tengo que estar varios meses sin bolos porque afortunadamente tengo confianza en mi trabajo y creo que esto es una carrera de fondo. Una carrera a la que uno se vuelve adicto cada vez que oye vuestras risas y aplausos.