Hoy desearía compartir con vosotros una reflexión.

Veréis, soy consciente de que vivimos tiempos complicados, con una situación política incierta y un futuro para España poco halagüeño que incita a preguntarse qué va a ser de ti el día de mañana.

Sin embargo, ¿no es también verdad que tu situación actual, el cómo te encuentras hoy día, te habría sido imposible aventurarlo hace 10 años? Yo, por ejemplo, jamás habría pensado en 2006 que terminaría viviendo en Barcelona y ni mucho menos viviendo de la comedia.

Os animo pues a dejar de gastar valiosos instantes del presente preocupándoos por vuestro futuro y dónde estaréis el día de mañana porque está claro que no vale de nada.

La vida te puede cambiar radicalmente en un minuto, sin que te lo esperes, poniendo patas arriba todas aquellas previsiones que metódicamente habías calculado. Yo he optado por no visualizar qué va a ser de mi vida más allá de 6 meses.

Y cuidado, con esto no quiero decir que me ponga a despilfarrar sin pensar en el mañana. No. Simplemente que he optado por decirle a mi mente que deje de preocuparse por algo que nadie puede controlar y la emplee en algo que pudiera ser útil. Por ejemplo, en escribiros estas líneas.