Recién llegado de Barcelona, este finde las cosas han ido bastante bien por el Teatreneu. Ambos días rocé el lleno en la sala y en ambas ocasiones el público asistió con ganas de pasar un rato. Además, también desde allí, pude solucionar lo del hacker turco gracias a la inestimable ayuda del señor Adrià, contacto proporcionado por la gentileza de mi amiga "topoderosa" Mar. Y es que, chavales, no hay nada como tener amigas bien relacionadas 😉 Como igualmente estaría feo olvidarme de la amabilidad de Jorge y Paco, quienes me dejaron dormir en su piso al tener mi hostal el cartelito de “lleno” desde hace meses para este domingo. Los catalanes tendrán un humor “raro” y no aplaudirán mucho, pero estoy teniendo la suerte de tropezarme con gente encantadora. Y ahora que ya tengo el repertorio bastante más trilladito, mi mayor problema estos días es el de encontrar un piso mínimamente hospitalario en el que apetezca vivir. Os prometo que algo tan aparentemente sencillo está siendo tarea muy complicada. Lo cual me plantea muchos problemas de cara a Semana Santa donde el teatro ya me ha ofrecido varias fechas. Ya os iré contando cómo toreo el tema.