En la taquilla del Teatreneu me habían dicho que estadísticamente, hoy era la peor semana de todos los años. Y parece que mi público de la tarde no estaba por discutirlo; 9 personas. Nuevo récord mínimo. Y sería muy cómodo negarme a actuar, dado que voy a porcentaje de taquilla y el dinero es ridículo. Pero por alguna extraña razón, basta con que haya 3 ó 4 personas que hayan decidido reunirse por verme para que algo dentro de mí me anime esa tarde a ponerme frente a las cortinas.