El juntar 2 géneros cinematográficos tan distintos en un solo monólogo tiene sus pegas. Ayer, con la sala prácticamente llena a las 23:30, realicé 2 shows en uno solo. Y me explico. Como siempre, empecé con la parte del Terror, pues el guión tiene un gran arranque y en seguida tengo a la gente metida. Fueron 40 minutos de carcajadas continuas con un público entregado. Pero llegó la parte de la Ciencia Ficción y se produjo un bajón de las risas ¿Motivos? Dos principalmente. Uno, que el público femenino no es tan seguidor de este género como del de Terror, con lo que su grado de identificación con las películas es mucho menor. Y dos, la manera de contarlo. Con la parte del Terror suelo teatralizar en cada peli alguna escena famosa por la tensión que generó en su momento. El choque emocional que produce en el espectador juntando el tenso planteamiento con la absurda resolución que le doy es muy efectiva. Funciona siempre. Pero claro, esto en las película de Ciencia Ficción no existe. Estas pelis no se han hecho populares por sus escenas con sobrecarga emocional como ocurre en las de Terror, sino por un original planteamiento y la historia en sí. Esto veta casi totalmente la teatralidad y que tenga que buscar como recurso para los chistes la incoherencia del guión y acercarlo a la gente con hipérboles, símiles y metiendo alguna referencia a personajes públicos. Requiere una mayor atención, transmitir mayor información y, por ende, menos frecuencia entre risa y risa. Si a eso le juntamos que ayer me tocó un público más versado en el Terror que en el Sci-Fi (noté, por ejemplo, que casi nadie había visto “El Señor de los Anillos) tenemos que ayer me volví caminando totalmente enfrascado buscando cómo solucionar esta inflexión que se produjo en el show. Y el resultado de la cavilación fue lo que os he expuesto aquí. Son géneros distintos y como tal, deben ser tratados de manera distinta. Y si en otras ciudades como Valladolid o Madrid la carcajada se ha mantenido constante durante todo el show, quizás el quid sea más geográfico. Por eso, lo único que tal vez puedo hacer es tratar de adaptarlo un poquito al público catalán.
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