Mayo no es un mes malo para el teatro en Barcelona. No. ¡Es horripilante! Y eso que esta semana traté de cambiarlo un poquito poniendo carteles por las facultades, dejando flyers por algunos bares de Gracia e incluso el jefe de la cafetería del Teatreneu tuvo a bien permitir que los camareros entregasen un flyer con la cuenta. Pues muy bien. Yo me las prometía muy felices con este esfuerzo mediático para que ayer, a pocos minutos de empezar, Mireia (la chica de la taquilla) me dice que por internet sólo se habían vendido… 2 ENTRADAS. No quedaba otra que hablar con esos dos benditos que, encima, ¡ni siquiera aparecieron! Ya no viene al teatro ni la gente que compra sus entradas! Menos mal que horas después me resarcí en la convención de Imagine en un hotel de 5 estrellazas Gran Lujo donde, por cierto, me invitaron a quedarme y degustar las cositas tan ricas que sacaron después. La gente asistente, muy maja y agradecida con el show. La organización, todo facilidades y atenciones. No fue de extrañar, pues, que terminase como solía hacerlo en el Tour Pullmantur: picoteando de mesa en mesa (y tiro porque me toca) mientras hablaba con los asistentes con una copa de calimocho en la mano. No siempre sale todo mal.