En el nº13 del fanzine LSD escribí un dossier sobre todas las pelis de la saga Rocky y ahora, al haber visto la peli me ha entrado algo de morriña por comentarla. Aviso que es un spoiler, por lo que si no has visto la peli y tienes intención de hacerlo, no sigas leyendo.

A nadie se le escapa que un nuevo capítulo de Rocky era la única posibilidad de Stallone para que la prensa volviese a darle un poco de cancha. Relegado a papeles de segundón y considerado por Hollywood como una vieja gloria taquillera, al pobre sólo le quedaba tirar de la saga que le lanzó a la fama. Una salida que, tras el fiasco de “Rocky V”, podría haber sido su tumba definitiva pero que, para sorpresa de muchos, la buena recaudación ha recompensado su apuesta. En “Rocky Balboa” encontramos a un Rocky viudo, soltando cada poco chascarrillos sin puñetera gracia y regentando un restaurante de medio standing que él mismo se encarga de amenizar en los postres con “monólogos” mesa por mesa sobre sus peleas. De la misma manera durante el comienzo de la peli Stallone nos muestra qué ha sido de buena parte de los personajes y lugares de la saga, convirtiendo a Rocky 6 en una especie de “¿Qué fue de… ?”. Entrando más en la trama, tenemos al boxeo viviendo tiempos duros porque el actual campeón del mundo, Mason Dixon, siempre gana por KO en los primeros asaltos y eso al público le aburre (!). Algo que lleva incluso a cuestionar la honestidad del campeón hasta enfrentarle en un videojuego de simulación con un “campeón de verdad” (Rocky Balboa). En él, Mason pierde y el ficticio combate se convierte en la comidilla de toda América, dando a los managers de Mason la oportunidad de levantar la popularidad de su chico. Así que van donde Balboa y le ofrecen pelear con él en un combate de exhibición. Y Rocky, quien no había perdido el gusanillo al boxeo, acepta ¿Qué pasa durante el combate? Mason, a los pocos asaltos, se jode una mano al darle un puñetazo en la cadera -¡menudo profesional!- y esta argucia de guión sirve para que Balboa le pueda zurrar un rato. Un “rato” que al final resultan ser los 10 asaltos con ambos dándose de hostias hasta que termina el combate con Mason ganando a los puntos. Todo el mundo acaba contento, todo el mundo acaba feliz y la saga concluye con la manera emotiva que la empezó; porque si en “Rocky” Balboa se acordaba de Adrian llamándola desde el ring, en esta última película lo hace depositando unas rosas en su tumba, poniendo así punto final a una saga que, para muchos, ha formado parte de nuestra entrañable cultura bizarra. ¿Cabos sueltos? 1) Pese a que le hacen unos intensivos analísis a Rocky para otorgarle la licencia de boxeo, no hay ni rastro de su lesión ocular de la segunda peli ni su cerebro tiene tampoco los daños irreparables que en la quinta le impidieron regresar al ring.