Ayer fue un día especial para mí. He pasado los últimos 6 meses lesionado con algo que requería cesar toda actividad física durante una larga temporada. No fue fácil, pues los intensos dobletes del Llantiol hicieron que acabase varias noches con dolores y también me vi obligado a cambiar ciertos hábitos de alimentación para no ganar peso. Ayer me entregaron la última resonancia, los resultados demostraban que estaba mejor y el médico me permitió volver a correr un poquito. Fue algo simbólico, un trote de apenas 1 kilómetro a ritmo lento, pero lo hice con la estupenda sensación de que lo peor había quedado atrás.