Ayer vi una peli que, por una u otra razón, nunca pude ver: “Atracción Fatal”. Y hoy “Match Point”. La casualidad ha querido que ambas tengan como trama principal el clásico triángulo amoroso con desenlace trágico. Y con ambas me he dado cuenta que me ponen especialmente nervioso las pelis donde el protagonista hace algo contrario a sus principios morales y luego se pasa toda la peli puteado por ello. Supongo que me pongo en el lugar de lo que debe ser tener que soportar ese cargo de conciencia y eso hace que me revuelva en el sillón sin parar. Así que he llegado a la conclusión de que sufro un exceso de identificación ficticio con los personajes que, en principio, son buenos pero que luego su debilidad moral los hace convertirse en unos cabrones sin escrúpulos.
Ja, ja… Bueno, Marta, yo creo que al principio el pobre es una persona honesta y honrada que busca abrirse camino. Y que es el devenir de los acontecimientos provocados por su rápido ascenso (y falta de ética) lo que hace sumergirse en ese vorágine estrés como para actuar de esa manera injustificada. Unos acontecimientos que no obstante se busca él solito al casarse con la hija del ricachón estando colado por otra.
Espera, espera.. en Match Point quien es el “bueno que se convierte en un cabrón sin escrúpulos”? Porque Chris Wilton más bien és un cabrón sin escrúpulos desde el principio…
😉