Cuando enganchas 4 días con 4 actuaciones contando 4 veces exactamente lo mismo uno se siente, por momentos, como una máquina repetitiva de hablar. Se pierden los nervios, la necesaria tensión y se puede llegar a caer en la falta de sentimiento escénico. Es ahí cuando te das cuenta lo que puede sentir un cantante en pleno mega-tour, repitiendo cada noche lo mismo.Los que me habéis visto actuar sabéis que suelo meter mucha teatralidad en mis interpretaciones y que esta faceta es, quizás, lo que me diferencia de otros cómicos. Pues bien, también es justamente esto es lo que consigue centrarme cada noche y auto-decirme: "Eh, tío, ¡No estás sintiendo lo que estás contando! ¡Céntrate! ¡Delante tienes gente que es la primera vez que te está viendo!". Y es esta reflexión la que me "despierta", me sitúa de nuevo y me hace poner toda la carne en el asador en cada gesto y en cada frase. Un día en la facultad me dijeron que mientras una opinión positiva sobre un producto/servicio se transmite x3 veces una opinión negativa se transmite x9. Es por esto mismo que uno intenta cada tarde en el Teatreneu que el boca a boca funcione al menos x3. Y esta noche estoy bastante contento porque creo haberlo conseguido con un público de muy distinta edad. No he llenado la sala, pero la gente estuvo entregada de principio a fin. Y lo mejor que le puede pasar a un cómico es precisamente eso; hacer reír a un público de lo más variado sin tener que renunciar a ser tú mismo. El tiempo me dirá si lo termino por conseguir.