Tenía 6 años y me encontraba en un colegio de Jesuitas cursando 1º de E.G.B. No me costó mucho hacerme un par de amigos en clase al poco de llegar y pese a nuestra corta edad, la pasión por el fútbol ya hacía mella en la mayoría de los críos. No en mí.

Quique era uno de estos niños amantes del fútbol. Las colecciones de cromos vivían en los años 80 su edad dorada y era usual ver cómo los críos se intercambiaban los cromos preludio del Mundial ´82.

Pues bien, a Quique le faltaba varios cromos y uno era el de Maradona que no sabía ni quién era. Una tarde de viernes se me acercó y me dijo:

– Mira, ese niño tiene “repe” el cromo de Maradona.

– Pues pídeselo – le respondí yo.

– Sí, anda… Fíjate qué pinta de bestia tiene. Seguro que me suelta un puñetazo. Pídeselo tú, anda.

El niño en cuestión se llamaba Jesús, estaba en nuestra clase y , efectivamente, tenía pinta de fornido. Por aquellos días los niños pasábamos los recreos pegándonos y no tuve el valor para acercarme a pedirle el cromo.

Sin embargo, esa tarde tocaba “lectura libre” y mi amigo Juanjo y yo poseíamos una auténtica colección de comics de superhéroes que llevábamos a clase para intercambiárnoslos durante el fin de semana. Como el trueque consistía en un buen tocho de tebeos y era imposible leérselos en una sola tarde, abastecíamos momentáneamente de material a casi toda la clase. Los niños se nos acercaban a lo largo de las dos horas a pedirnos cómics porque a Zipi-Zape y Mortadelo los tenían muy vistos. Fue en uno de esos instantes cuando Jesús se acercó hacia mi mesa:

-Oye, ¿me dejas ese tebeo?

El tebeo al que se refería era de Batman y era de Juanjo. Él se encontraba muy alejado, por lo que decidí aprovechar la situación y matar dos pájaros de un tiro.

– Bueno, pero si me das el cromo de Maradona.

Jesús accedió e intercambiamos. Ese mismo día Jesús y yo nos hicimos amigos y a Quique le di una alegría. Realizar aquel sencillo canje y ver cómo contentaba a dos chavales me hizo sentirme feliz y orgulloso. Mi primera gestión “empresarial” fue gracias a un cómic y a un “tal” Maradona.