“Los soprano” es una serie que tengo que disfrutar “en silencio” porque no conozco a nadie de Valladolid que se haya interesado por ella y así intercambiar opiniones. Y es que, si “El padrino” o “Uno de los nuestros” son los referentes en el cine de las películas de gangsters, “Los soprano” es, sin duda, la mejor serie de mafiosos que ha visto la pequeña pantalla.

No voy a entrar en la trama. No es el motivo de este post. Estoy aquí para decir que tras cuatro temporadas espléndidas, esta quinta me ha decepcionado terriblemente. Falta el ritmo narrativo, la intensidad y la emoción que me hacían ver cada capítulo de las anteriores como si fuesen en sí mismos una película. Devoraba cada temporada a razón de dos episodios por día y con ésta quinta he necesitado voluntad. Gracias a dios, los tres o cuatro capítulos finales son más animados y, como en el resto de temporadas, “desaparece” un personaje principal.

Yo de “Los soprano” habría reclutado a dos de sus actores para la saga de películas de Spiderman, porque…  ¿No pensáis que Tony Soprano sería un estupendo Kingpin y Tío Junior un fantástico Buitre? ¿Eh? ¿A que sí?