Acabo de terminar de leerme el nuevo trabajo de Mauro Entrialgo. Y digo “trabajo” porque ojito, pues no es un cómic.
“Los domingos” con 48 páginas de breves recuerdos de Mauro cuando era un crío aderezado de ilustraciones en lápices y acuarelas. Muy distinto a todo lo que el dibujante de Vitoria había hecho hasta ahora.
Si naciste en los 70, el libro es una bonita forma de volver a tu infancia si naciste en los 70. La lectura de esas anécdotas infantiles te hace sumirte en una especie de flash back generacional. Evidentemente son recuerdos ajenos, sí, pero con los llegas a sentir una inevitable complicidad en cuanto a vivencias y sentimientos.
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