Enterarme el mismo día de mi show en Valladolid que esa noche había un partido del calibre del Barcelona-Madrid os da una ligera idea de lo que me apasiona el fútbol. Pese a ello, el pub Maeloc, registró una meritoria entrada y fue el mejor show cinéfilo de los contados en Valladolid. Una noche, además, que sirvió para darme cuenta que llevar un año viviendo en BCN comienza a hacer mella en mi poder de convocatoria pucelana y los 20-25 incondicionales que solían aparecer antes en todos mis shows quedaron reducidos a los 7 u 8 amigos de verdad.

Y ayer en Madrid, La Plaza de Las Artes volvió a ofrecerme un exquisito público. Lástima que el local debe cerrar siempre a las 12 para evitar problemas con el Ayuntamiento y tuve que recortar el segundo pase. Aún así, el show salió muy bien y yo, para lo autocrítico que soy, terminé muy satisfecho con el resultado y con ganas de volver a Madrid.