Comienza a parecerme un sitio incómodo. Como artista pensaba que era positivo para mi trabajo darle al botón del “agregar” cada vez que alguien me solicitaba amistad, pues entre todas aquellas solicitudes había cómicos, locales de monólogos, empresas… Yo aceptaba sin miramientos pensando que siempre podía surgir alguna actuación de allí o, en el menor de los casos, conocer a gente interesante ¿no? Pues no. Tras 2 años ningún desconocido agregado a mi Facebook me ha propuesto jamás ningún bolo y el 95% de ellos, me agrega para después ocultar mis posteos ¿Para que vale pues tener en Facebook a desconocidos o gente remota con algún grado de consanguinidad? Para nada. Porque si al menos mostrasen interés al agregarte añadiendo unas líneas en plan “Hola, Ramón, te agrego porque…” Pero no. Aquí se agregan personas como si se agregasen cromos; el interés radica en la propia colección y no en uno en particular.

Hace poco hice un experimento para medir mi “audiencia”. Añadí un posteo y solicité a todas las personas que lo leyesen que pinchasen en “Me gusta”. ¿Resultado? Sólo el 16% de todos mis agregados, me leen. Sí, alguno me dirá que no me lee pero que alguna vez sí se pasa por mi perfil para ver qué es de mi vida. Ésos, en mi opinión, no son seguidores sino cotillas. Éste, además, es uno de los peligros que veo en Facebook: que entre tanta gente desconocida tampoco puedes sentirte totalmente libre para opinar porque, precisamente, el tener tantos contactos relacionados con tu trabajo te cohibe de dar ciertas opiniones no sea que se mosquee alguien con el que quizás en el futuro podrías trabajar.

Evidentemente, no todo es malo. Hay personas (un ínfimo porcentaje, eso sí) que tras verme actuar en el Llantiol me ha agregado y ha venido participando activamente en mi Facebook. Y a lo mejor echas un ojo a sus perfiles y son personas con un trabajo muy interesante y te sientes halagado de que a alguien así le guste lo que haces. Es la parte bonita de Facebook y la que, sinceramente, motiva que no elimine el perfil. No obstante, he decido volcarme más en Twitter: funciona mejor, permite saber exactamente quién te sigue, no aparece información inútil y la brevedad del posteo hace todo sencillo y dinámico. Con la boca pequeña diría que Facebook es a Twitter lo que Windows a MacOs. Allí os espero.