Hace cosa de 20 días leí por la web la repulsa que causaba en ciertos sectores conservadores el juego gratuito online “Mendigogame”, lo que motivó mi interés por saber de qué iba y me apunté. Resulta que es un juego de rol, donde tú eres un mendigo analfabeto de Madrid y cuyo único capital son 10 euros. A partir de ahí, deberás valerte por ti mismo para salir de la pobreza mediante las opciones que el juego te plantea. Yo, por ahora, ya le he llevado a varios cursos para aprender a hablar y de autodefensa para atacar a otros mendigos y robarles pasta. También, tengo al pobre hombre día y noche recogiendo chatarra para luego malvenderla y sacar así algo de dinero con el que pagar sus cursillos (cursillos que, inexplicablemente, el juego te permite realizar al tiempo que recoges chatarra por el barrio, por lo que asumo que deben ser como los del CCC). Por la comida no tengo que preocuparme ¿Por qué? ¿Por que puedo ir a un comedor social? No, porque a los programadores del juego se les ha olvidado que un mendigo también come. Sí, vale, en el juego puedes comprar bocadillos, calimocho y demás… pero mi mendigo en 20 días no ha probado bocado y está tan feliz. Mi última acción ha sido comprarme una serpiente pitón como mascota para apostar en los desafios contra las de otros mendigos y la de irme a vivir de Vallecas al Retiro, donde hay más chatarra.