Los 3 primeros meses de 2016 me trajeron una grata sorpresa en forma de inesperada avalancha de espectadores al Llantiol. Supuso una auténtico balón de oxígeno tanto para mí como para el propio teatro tras lo flojo que había terminado 2015 en cuanto a público. El resto del año, en cambio, ha sido bastante normalito pero sin duda, grosso modo, mejor que el anterior. Ojalá 2017 continúe el repunte.
El hecho profesional más importante de este año para mí fue el estreno de “¡Zasca!”, mi 7º espectáculo el pasado septiembre. Un monólogo que sigo trabajando semana a semana y que es, sin duda, el que más me está costando pulir.
Espero dejarlo listo durante el invierno. Pese a ello, ha sido, de todos mis monólogos, el que mejor arranque ha tenido en cuanto a asistencia. Siendo honesto, creo que tanto el título como el cartelazo han ayudado al tirón.
El otro hecho destacable es el interés que ha mostrado la productora Zoopa en mi trabajo. Contactamos en verano y estuvimos a punto de entrar en el teatre Eixample con “Soltero Desquiciado Busca” en octubre pero las cosas se torcieron en el último momento.
Tengo ilusión porque 2017 nos permita comenzar a trabajar juntos y ver de lo que somos capaces de conseguir.
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