Adicción a los tapones

¿Adicción a usar tapones para los oídos? ¿En serio? Sí, amigos, algún día tendré sacarle punta en algún monólogo, pero mi “mono” a usar tapones para dormir ya tiene más de 15 años.

Todo comenzó cuando vivía solo en Valladolid. Sólo éramos 2 vecinos en cada planta, uno frente al otro y a mí me tocó un matrimonio que cuando dejaban a su perro-patada solo, el animal ladraba en plan goteo de forma constante y a idéntico compás hasta que regresaban.

Y claro, yo que comía pronto para disfrutar de una breve siesta, me encontré con un condenado chucho ladrando cada día desde las 11 de la mañana hasta las 3 de la tarde. Era insufrible, de verdad. Tanto que llegué incluso a pensar en pasarle por debajo de su puerta un trocito de salchicha con un Orfidal incrustado para silenciarlo.

Evidentemente, no me atreví; primero porque podría matarlo si el animal no estaba acostumbrado a los antidepresivos. Y después porque podría no comerse el trozo de salchicha y sus dueños al regresar encontrárselo y descubrir dentro el Orfidal. A ver qué explicación les daba yo.

Así que como el intento diálogo que tuve con ellos sobre su terco animal fue inútil, empecé usar para las siestas estos tapones de marca EAR, los más baratos que encontré (40 céntimos).

DE VALLADOLID A BARCELONA

Cuando vine a vivir a BCN también tuve que usarlos por las noches puesto que al compartir piso era lógico tener compañeros que se quedan hasta muy tarde viendo la tele, otros que se levantan temprano para trabajar, etc, etc. En fin, que los EAR se convirtieron en imprescindibles guardianes de mi sueños.

¿Consecuencia? Sin darme cuenta, fomentó mi adicción a usar tapones para dormir. Lo embarazoso resultaba cuando me acostaba con una mujer; podría explicarle toda esta movida, sí, pero vi que era mucho más práctico ponérmelos con la luz apagada y si durante la noche me hablaba y no la oía decirle al día siguiente que estaba dormido. Compartir cama también me sirvió para aprender que si alguien ronca a tu lado, lo más efectivo es que tú y tus tapones os vayáis a dormir al sofá.

Lo que nunca supuse era que encontrar los EAR por BCN iba a ser tan complicado. Sí, tapones para dormir de gomaespuma hay a patadas, pero que cuesten sólo 40 céntimos, ninguno.

Entiendo que a alguien no le importe pagar 3 ó 4 veces más por unos tapones si los piensa usar alguna vez. Pero cuando se usan a diario y su vida útil no pasa de 7 días uno busca los más  baratos para comprarlos de manera industrial.

Y más aún con la disparidad de precios que aplica cada farmacia sobre el producto. Sí, amigos, he visto farmacias venderlos por 80 céntimos y a dos calles encontrarlos por 45. En ningún sitio de BCN tan baratos como en Valladolid. Así que lo que hago es encargarle a mi madre un buen paquetón cada vez que voy a visitarla y me traigo stock para varios meses. ?

ACTUALIZACIÓN AGOSTO 2019

Sí, después de tantos años sigo usando tampones EAR al tiempo que he asumido que lo mío no es normal y debo tener un oído mucho más fino que el de la mayoría de las personas. ?

Esto ha hecho que con el tiempo haya probado  y experimentado cómo mejorar mi insonorización auditiva por las noches. Y os voy a contar un truco que me está funcionando a las mil maravillas en este vídeo de aquí abajo. ?